Jueves , 22 de Abril de 2010 |
|
Según el proyecto de ley, “Las municiones en racimo son diseñadas para dispersar o liberar submuniciones explosivas, las cuales pueden ser lanzadas desde aviones o por artillería de fuego. Estas bombas pueden dispersar cerca de 600 submuniciones en una zona de más de treinta mil metros cuadrados. En algunas ocasiones, las submuniciones no estallan al caer quedando expuestas a explotar en medio de la población civil. Por lo anterior, las municiones en racimo constituyen un arma de guerra excesiva que causa daños innecesarios a la población civil”.
Agrega el PL-2010-N234S que “a partir de la firma de la Convención sobre municiones en racimo, Colombia inició el proceso de destrucción de las bombas ARC-32 y CB 250K, en poder de la Fuerza Aérea, las cuales se utilizaban para destruir pistas clandestinas del narcotráfico y para atacar campamentos terroristas. De esta manera, el 7 de mayo de 2009, la Fuerza Aérea colombiana destruyó 42 bombas CB-250 K, en la base ubicada en Terecay, Vichada. Con esta destrucción se logró la eliminación del 57% de la totalidad de las existencias de municiones en racimo. La destrucción de las municiones restantes (ARC- 32) está prevista para el último trimestre de 2009. Las armas eliminadas serán reemplazadas por bombas de tipo convencional de 125, 250 y 500 libras, de mayor precisión que reducen los daños colaterales”.
|
|