De surtir su trámite de manera satisfactoria y sin cambios en su articulado en el Congreso de la República, la siembra y cultivos de plantaciones de coca y marihuana, así como el comercio, procesamiento, distribución y consumo de sustancias psicoactivas, dejarían de ser delito en Colombia. Para el autor, el representante Constantino Rodríguez, la legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del narcotráfico y reduciría drásticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos costos de producción e intermediación que implica la prohibición.
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